lunes, 9 de febrero de 2009



Historias de paranoia, prejuicio y persecución en tiempo real

Domingo.
Si bien le escapo a los filmes de mas de 90 minutos, mis ansias por salir del encierro hogareño eran fuertes. La posibilidad de trasladar mi encierro a un cine se llenó de atractivo.

Así que enfile a la recoleta, a un lugar hostil de la ciudad, en la postergada cita con las historias extraordinarias de
Llinás.

Me llama la atención la forma tan
uzumaki que estoy usando para contar esto. Pero esta bien, voy a seguir haciéndolo así.

En la fila de entrada a la sala, a mis espaldas, hay un chico blanquísimo, rubisimo, jovencísimo con su padre fotografo.
Remera levis y shorts azules (de esos que no veía desde los videos de
wham!) que hacen juego con sus ojos.
Charlan temas aburridos, de amigos por el mundo. Hasta que en algun momento, en un bache de charla, se escapa de su párvula su boca una canción:
El pobrerío se agolpa en los tablones... Reza un balbuceo a ritmo y cadencia de cantito de cancha.
No puedo evitar fijar el seño, extrañado y algo indignado, en su mirada que se hace esquiva. El padre también lo mira.
Y nos ponemos nerviosos mutuamente, creo que los tres sabemos quien le trajo a la mente esa canción.

Y después la gente se extraña cuando digo que odio el
MALBA.

Entramos todos.
Esperamos que empiece la proyección, la gente habla, habla mucho y fuerte, como en el
Gaumont, las temáticas de recoleta no son tan distintas a las del congreso.
Pasan cuatro o cinco minutos y ya me atrevo a asegurar quienes a mi alrededor no volverán después del primer intervalo.

Algo anda mal con mi prejuicio, en el intervalo no veo a nadie abordando un taxi.
Lo que si, en la calle vuelven los comentarios, esta vez mas
ABC1 pero mantienen el alto volumen.
Mejor rumbeo a la fuente, donde dos ciclistas con facha de vaguitos se mojan. Tengo la esperanza de que el ruido del agua corriendo apague las voces.

Como no podia ser de otra manera en el intevalo alguien se apodero de mi lugar.
Me tengo que sentar en las escaleras. Son supercomodas y me hacen acordar al
Cineclub Nocturna... Otra vez viajo mentalmente a congreso...

Pasan unos minutos y, como en un Tetris bien jugado, aparece una butaca libre muy cerca de donde estoy.

Ya de regreso, camino largas cuadras hasta la parada del colectivo.
En el 12 veo a la niña ardilla...
La conocimos en el bar de
BaccaroBar. Ella esta superbuena, si bien nunca me la volví a encontrar, hasta hoy, conozco bastante de su vida ya que en su momento apunte la dirección de su fotolog y de vez en cuando, lo confieso, me meto a hurgar en su publica intimidad.
Me contengo, no me siento a su lado, ni la saludo
Cuando me siento veo que a su lado esta su novio! Un fanático de
starbuks que también conozco por fotolog! Su calvicie en el mundo real es mucho mas grave que en la virtualidad paulista.

...

Ha, me olvidaba!
La pelicula es buenisima!
Tienen que verla!

4 comentarios:

uzumaki dijo...

Voy a ver la pelicula a ver que me pasa antes, durante y despues.
Ojala me encontrara con niña ardilla y novio starbucks...
Pero no creo ser tan afortunada!
:P

Dani Acosta dijo...

"a posibilidad de trasladar mi encierro a un cine se llenó de atractivo."

Si estas encerrado es porque querés, porque yo te cago a llamadas y como no tengo pochola no me me atendés :P , ju ju ju.

Lala dijo...

Odio el malba!

y amo leer lo qeu escribe! si si !

como sea



le mando un beso matahippie



la hippie!

Lala dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.