
la semana pasada me descubrí desesperado al ver que me faltaba un disco, la cajita estaba, pero del disco ni noticias.
es algo que no suele pasarme ya que si bien soy descuidado y caótico en todos los aspectos de mi vida tengo una obsesión con los libros y los discos, a los que ordeno en parámetros que solo yo entiendo.
Lo mas llamativo de reacción desmedida era que no se trataba de el extravío de una edición japonesa de un disco de jimm carroll, o de una de las 500 ediciones de metamatic de john foxx.
graciadió se me dio por revisar el discman y al advertir de mi alegría de reencontrarme con el, sentí que tenia que hacer un análisis masomenos detallado de lo importante que es para mi este coloso de la bachata y la música pop
juan luis guerra es ideal para escuchar en cassete, con sonido algo opaco y hasta desacelerado, aunque en cualquier formato nos hace levantar el animo ya que es movidito, bien pilas, obliga a mover las piernas o menear los hombros en sus baladas.
Sus letras son fácilmente memorizables ya que, estoy seguro, esconden codificaciones de la genética latinoamericana que se despiertan a la primera escucha.
En ellas nos encontramos con temáticas de fundamentalismo romántico y testimonios de critica sociológica como “el costo e la vida sube otra vez y a nadie le importa, ni a la mitsubishi no a la chebrolet”
Nos habla del éxodo en “visa para un sueño” de la gente que lucha por su sueño de gangas, lavacopas, dealers, cafiolos y albañiles en Miami, un sueño de mierda, pero que no pueden cumplir.
Es bellísimo el ribete de realismo mágico de “ojala que llueva café” aunque si lo despojamos de poesía, una lluvia de café seria una catastrofe solo comparable con el, ahora tan en boga, boom sojero que dejaría ganancias solo a quien pueda exportar dejando al trabajador del cafetal sumido en la mas extrema miseria.
como broche de oro, entre tantas historas de amor sobre toda diferencia social, tenemos
el temaso que cerraba su disco mas exitoso, un escarche al maltrato y la corrupción policial, que con un fascinante rock caribeno, uno de los corista nos cuenta que un policia lo invita a comprar su silencio para evitar una multa de transito.
juen luis guerra es un amante de los arreglos barrocos de guitarras y los sonidos pedorros de teclado y tiene una compulsión casi fetichista por agarrarse las orejas. sus coristas, los 440 son re grozos y creo que tienen una serie donde regresan al mundo después de ser abducidos